No sé si soléis leer las noticias de vez en cuando. Yo sí, cada día. Leo diversos periódicos y fuentes de información, de todos los signos políticos. Lo cual, en sí mismo, es graciosísimo. Periódicos que se autodenominan objetivos, pero que no ocultan sus preferencias partidistas. Tócate los pies.
El caso es que no sé por qué lo hago, por qué hago un repaso diario de las noticias, ya que acabo con un cabreo de tres pares de narices. Indignado es decir poco para cómo acabo cada vez que dejo la información a un lado.
Hace unos días ha salido a la palestra el estado de profunda hambruna que se vive en el cuerno de África. Lo cual no es una novedad, porque seguro que os acordáis de que lo mismo se comentaba hace muchos años. Como hablaba esta mañana (bueno, en realidad a la par que escribo este post) con Rafa Barberá (@rbarbera) el problema de esa parte de África es el escaso interés económico que tiene esa parte del globo para los países desarrollados. En resumen, que si no hay petróleo, diamantes, oro, o minerales raros, que os den por culo. Lo siento, pero creo que va a ser un post con lenguaje para mayores de 18 años, porque el encabronamiento que tengo es de aúpa.
Resulta que el Banco Mundial se ha comprometido a dar 350 millones de euros para paliar el hambre en la zona. 350 millones. Bien. Y España, 25 millones. Bien también. El problema está cuando te pones a ver otras noticias de España. Y lees lo siguiente. Que España va a destinar en principio 2800 millones de euros (dos mil ochocientos millones) en salvar de la quiebra a la CAM. Tócate los cojones, Mariloles. Es decir, que entre todo los países del mundo no somos capaces de reunir una cantidad de dinero necesaria como para que esa gente tenga algo que llevarse a la boca durante el resto de su vida, pero sí que podemos salvar a unos soplapollas de la quiebra aun cuando ellos mismos se han condenado. Cojonudo.
El problema está en que la gente de a pie no podemos tomar partido en todo esto. De ser así, estoy convencido de que la CAM se iría a tomar por culo, y los somalíes estarían mucho mejor alimentados. Y si pudiéramos, mandábamos a los directivos de los bancos y cajas y a nuestros políticos a pasar una temporada a Somalia, o Etiopía, a pasar un poquito de hambre. Unos meses con el vientre hinchado y a lo mejor se les quitaba la gilipollez.
Cierto es también, como apuntaba el bueno de Rafa, que por ejemplo el gobierno de Etiopía, mientras recibía 60 millones de euros para paliar el hambre en su país, se gastaba 100 millones en tanques para proteger de la insurgencia de las etnias del país las reservas de petróleo. El problema está en que ese petróleo poco ayudará a la gente del lugar, porque todos sabemos cómo se las gastan muchos de los líderes africanos. Ellos también tienen el vientre hinchado, pero porque está lleno, no como el de su pueblo. Cuanto hijo de puta que hay suelto.
Y habrá alguien que me diga que no se puede hacer nada, que soy muy idealista y demás. ¿Idealista? Pues sí, coño. Al menos prefiero rajar sobre toda esta panda de cabronazos y protestar, antes que agachar la cabeza. Joder, que al menos se enteren que si hacen todas estas mierdas, no es con nuestro beneplácito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario