Estoy ilusionado, radiante. Llevo unos días ya sin dormir de la emoción que me embarga. ¡El Papa visita España! ¿No es alucinante? Y lo mejor de todo, viene para recibir un baño de juventud, de alegría. Porque ya se sabe que en el Vaticano son todos viejos, y tendrá que alegrarse la vista y el resto de sentidos de vez en cuando. Que no sólo de pan vive el hombre, como dijo nuestro Señor.
Lo que no entiendo es todo el revuelo que se ha formado alrededor de la visita. Si nosotros sólo queremos glorificar a Su Santidad y dar gracias a Dios. Eso sí, a ser posible lejos de toda esa chusma que hay ahora por Madrid. Ya sabéis, los del #15M, y demás. Menos mal que nuestra compañera Esperanza Aguirre y nuestro hermano Gallardón se están ocupando ya de limpiar Sol de tanto guarro y tanto hereje. Cuando llegue Benedicto, no puede ensuciarse ni su sotana ni su mirada impolutas con toda la basura, humana y no humana, que había por allí. Debe comprobar que España sigue siendo patrimonio de la Cristiandad, ahora como antaño, por mucho que se firmara un Concordato hace ya tantos años.
Porque otra cosa no, pero España es cristiana hasta las orejas. Y más allá, añado. Cristiana, católica y apostólica. Nada de evangelistas ni toda esa moda que ha llegado por parte de los ecuatorianos y toda esa gente. ¿Para qué narices fuimos a imponerles una religión si luego hacen lo que les da la gana? Qué bochorno, por favor.
Tampoco entiendo todas esas críticas acerca de lo que costará la visita del Papa. 50 millones de euros. Calderilla, para lo que se está pagando a los bancos. Además, si todo ese dinero va a salir de empresas privadas y de la misma organización. Bueno, salvo los cortes de tráfico. Y la policía que estará a cargo de la seguridad del evento, que no será poca. Y de los bedeles de colegios e institutos donde dormiremos. Pero, eh, que nos vamos a dejar cerca de 100 millones de euros en las arcas españolas. ¿Cómo? Bueno, pues no lo sé. Si los colegios nos los cede gratuitamente la Comunidad de Madrid (incluso los públicos) y pagamos 20 euros que van a la Iglesia... pues será cosa de un milagro, ¿no? Que para eso viene el Papa. Además, no hay que tener en cuenta gastos superfluos como los de los 200 confesionarios que se van a hacer para la ocasión, y que serán colocados en el Retiro, ni los miles de kits que se entregarán a los participantes con gorritas y chalecos. Que no se respire miseria, que para eso ya están los pobres rojeras.
Pero tampoco importa demasiado. Nosotros queremos demostrar nuestra fe en la religión cristiana. Porque quizás no estemos tan convencidos en ella como para llevarla en silencio, y por eso necesitamos hacer grandilocuentes demostraciones en público, gritando como posesos, y reuniéndonos como borregos, gastando dinero que podría ir destinado a los pobres, o a gente que pasa hambre. O a los parados, con los que se nos llena la boca al criticar al blasfemo de Zapatero. Ehm... creo que esta reflexión no tendría que haberla hecho.
En fin. Que os jodéis. La calle es nuestra, y vuestro dinero también. Recibimos más de 6.000 millones cada año más lo que sacamos de la declaración de la renta, y registramos a nuestro nombre propiedades de otra gente. Porque queráis o no, somos la Iglesia. Parecerá que estamos de capa caída, pero tanto los peperos como los socialistas nos tienen entre algodones, y cuidan de que nuestro futuro esté garantizado. Aun cuando intentamos cortar de raíz vuestras libertades, de pensamiento y acción.
¡Y los maricones, rojos y moros fuera de Esssspaña!
3 comentarios:
¿Todavía quedan jóvenes católicos? Y yo que creía que el sentimiento religioso se desvanecía tras hacer la 1ª comunión.
eso mismo Sr Cuervo que se note que "somos la reserva espiritual de Europa"
(joder me ha salido sarpullido ,por escribir la frasecita de marras)
Aitor, sí que quedan, sí. De hecho, unos cuantos son primos míos.
Anusky66, normal. Y suerte que no te ha dado una arcada al escribirlo. A mí por lo menos, al estar escribiendo la entrada me iba entrando una mala leche...
Gracias a los dos por pasar.
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