lunes, 21 de noviembre de 2011

Oh, venga...

¿De verdad pensabais que esto iba a ser tan fácil? ¿Que íbamos a cambiar el panorama político de este país en 6 meses? Hijos míos, llevamos ya casi 35 años con esto, desde que la espichó Franco. En seis meses hemos conseguido cosas que nadie hubiera imaginado hace un año, pero este trabajo va para largo.

Hemos conseguido hacer abrir los ojos a miles de personas acerca del bipartidismo, de que entregar un país a los mercados no es propio de un partido de izquierdas, de que con un poco de movimiento se consigue mucho más que quedándose en casa bajo el brasero.

Pero para llegar a todo esto, estaba claro, o al menos yo lo tenía claro, deberemos pasar por cuatro años muy jodidos. La derecha vota en bloque, sin fisuras, sin autocrítica. Les gustará poco o nada su candidato, el cual tiene una valoración pésima de cara a la gente. Pero les da lo mismo. No votan programa político, no votan ideas, no votan a candidatos. Votan siglas, y punto. De modo que nuestro caballo de batalla está en otro sitio.

Somos más, es así. Hay más gente a la que le cuesta llegar a fin de mes, que ricos. Más trabajadores que empresarios. Más gente que aboga por que todo el mundo tenga derechos sociales que los que opinan que sólo puedan tenerlos quien pueda pagarlos. El problema es la información, la que hay, y la que ha habido en estos últimos años. Mucha de esta gente tiene ideas de izquierdas, aunque no lo quiera reconocer. ¿Y por qué ocurre esto? Por desinformación, y por miedo. La desinformación afecta a jóvenes y a no tan jóvenes. Los medios de comunicación tradicionales se han ido adaptando de igual manera que la política a estos tiempos. Han elegido un bando u otro, dándoles igual que hubiera más alternativas. Y lo que no pertenecía a su círculo de amigos, se ignora, o se critica, pero de pasada. Con esto se consigue que parezca que no hay más alternativa que la de votar azul o rojo, o bien elegir el blanco.
El miedo es diferente. El miedo viene de lejos, de hace más de treinta años. Existe, y lo he visto en mi pueblo este fin de semana, un miedo cerval a votar a según qué partido de izquierda. Años de represión han conseguido que el efecto dure tanto tiempo después. Esta gente, si le comentas las ideas que propone la izquierda, sin decir de qué partido político es, asentirá y estará de acuerdo con ellas.

De modo que coged aire, todo el que podáis, y empezad a trabajar desde ya, informando siempre que podáis a la gente. Ojito, he dicho informar, no convencer a toda costa. Estas cosas caen por su propio peso, la gente es capaz de pensar por sí misma. Pero también les pasa igual que a todos nosotros, cuanto más les intentas meter una idea en la cabeza, más rechazo hay.

Tenemos cuatro años duros por delante, pero está en nuestra mano que no sean más.

3 comentarios:

Aitor Maiden dijo...

Hay que ver los resultados con cierto optimismo. Si tenemos en cuenta que PP y PSOE han ido de la mano y aprobando todo lo que les ha dado la gana a la par, ese bipartidismo ha perdido cierto fuelle. Ahora hay mayoría absoluta de un solo partido, pero la mayoría absoluta ya la teníamos impuesta desde hace años. Hemos ganado terreno, y ahora solo queda ir conquistando mas y mas, poco a poco.

Biónica dijo...

He visto o creído ver un post más reciente, Cuervillo?

Espero que estés algo mejor... abrazos.

escorts madrid dijo...

Así es, informar sin obligar a nadie a tomar las ideas, como nos a pasado a todos en algun momento. No paro de decir todo lo que he descubierto en estos meses, desde junio, si mal no recuerdo que fuí a la 1º concentración del 15m y para mi sorpresa desperté de un ojo y con los meses se me abrieron los otros dos (al 3º le han dado) y he comprobado como se han ido sumando gentes que jamás hubiese creido que lo hicieran e incluso que cuando empecé a cambiar yo me pedian prudencia y cuidado. Falta mucho por hacer pero no vamos a tirar la toalla, siempre digo que no hay tregua (como la canción de Barricada) y desde mi pequeña aportación hay que seguir saliendo a la calle a hacer granitos de arena para formar la montaña que nos hará infranqueables.